jueves, 6 de junio de 2013

Intervención Psicomotriz en el Primer ciclo de Educación Infantil



I. Cartografía Mental






II. Resumen:


El presente artículo se centra en la educación de la Psicomotrcidad durante el primer ciclo de la educación infantil (0-3 años), una etapa que se caracteriza por la globalidad, dada la indisoluble vinculación durante ella entre cuerpo, emoción y actividad cognitiva. En consonancia con ello, la autora defiende que toda propuesta educativa durante este período de la vida debe incorporar programas de prevención e intervención psicomotriz. Programas que permitan detectar precozmente aquellos trastornos psicomotores que afecten a la actividad global del niño en su relación con el entorno; y programas que ofrezcan al niño o niña la estimulación necesaria para que pueda crecer con armonía, favoreciendo así su desarrollo global; es decir, su desarrollo sensoriomotor, perceptivomotor y cognitivo, y su desarrollo afectivo, relacional y social. Tras un detallado análisis —soportado en las teorías de Wallon— de la organización tónico-emocional y de los procesos tónicoposturales, la autora finaliza con una propuesta de intervención para el primer ciclo de la escuela infantil (0-3 años), orientada a favorecer los intercambios tónico-emocionales, la integración del sistema postural y el inicio del control motor.


III. Problema y características:


  • Problema:

A lo largo del día el grado tónico de la musculatura lisa en el recién nacido se modifica como consecuencia de cambios metabólicos. El aumento de tono en la musculatura lisa provoca contracciones que causan dolor al niño. El dolor se exterioriza por el aumento del tono muscular estriado, que termina resolviéndose en llanto. Tras esta señal llega el alimento, la leche caliente, que va a distender la musculatura lisa, aumenta el volumen de la cavidad (tubo digestivo), se aflojan las fibras y disminuye el tono visceral. Como consecuencia, también disminuye el tono esquelético y aparece el sueño.

Para Gesell (1977), los cinco primeros años de vida están estrechamente relacionados con el surgimiento de una gran variedad de habilidades motrices gruesas y finas, a partir de bases tónico-posturales. Si este proceso perceptivo-motor no se da de forma adecuada pueden aparecer dificultades de aprendizaje escolares. Una vez adquiridas y automatizadas, las habilidades posturales no sólo permiten una mayor libertad para la acomodación a nuevas exigencias y situaciones, sino que sirven también como preparación fundamental para el desarrollo de habilidades superiores. Cuanto más armónico ha sido el desarrollo postural y motor en los primeros cinco años de vida, mejores condiciones tiene el individuo para adaptarse a otras condiciones no motoras (lingüísticas o cognitivas).

  • Características:

La motricidad carece de toda voluntariedad, siendo los movimientos más característicos:

· Movimientos espontáneos: son autónomos, no controlables, sin meta ni significación aparente, no intencionales y aparecen sin ninguna estimulación externa. Ciertos estímulos externos pueden modificarlos (incremento o inhibición).

· Acto motor reflejo: respuesta motora inmediata (eferencia) a una estimulación sensorial (aferencia). El estímulo, a través de los analizadores sensitivos, llega a los centros automáticos de regulación motriz, produciendo una descarga en el aparato muscular de carácter automático e incontrolado.

Tanto la sensibilidad interoceptiva como la propioceptiva producen reacciones que provienen del propio cuerpo del niño, de su propio espacio interior; es una sensibilidad postural que Wallon llama de circuito cerrado. Para poder dar lugar a formas superiores de la actividad psíquica, para dar nacimiento a la actividad de relación, es necesario que intervengan factores externos a su propio cuerpo, estímulos que le informen del exterior.

El tacto, el olor de la piel, el calor, los movimiento rítmicos, la mirada, la sonrisa y la voz son los elementos corporales que intervienen en la constitución del apego, así como los intercambios cuerpo a cuerpo que comportan modificaciones tónicas y posturales recíprocas.

Los comportamientos expresivos del niño, utilizados en un principio de forma no deliberada, se convertirán más tarde en medio de comunicación con el entorno, gracias al significado que el receptor les da. El gesto de apertura de brazos que conlleva la excitación por el acercamiento de sus figuras de apego a los seis meses de edad, es interpretado con emoción por estas figuras como reconocimiento, deseo hacia ellas... cuando no es otra cosa que una expresión motriz de la excitación. Pero gracias a esta significación que el adulto da y su consecuente conducta de coger al niño en brazos, a lo largo del segundo semestre el niño aprenderá a utilizar este gesto de forma intencional cuando quiera ser cogido.


La potencialidad corporal implica que el control tónico-postural va a ser ejercido desde niveles inferiores encefálicos y medulares, pudiendo entonces darse las condiciones necesarias para que se produzca el aprendizaje (junto con un desarrollo bioneurológico suficiente y adecuadas influencias medio ambientales).

En los primeros tres años de vida, el niño va a conseguir un progresivo aumento del control sobre su propio cuerpo, a través del proceso de maduración de su sistema nervioso y de unas adecuadas influencias medioambientales. La motivación por el movimiento, por el mero placer de moverse, va a ser el motor que le induce a explorar su medio. El niño busca placer en la propia acción y el objeto le va a servir de apoyo para encontrar nuevas sensaciones. Esto implica una cierta distancia del objeto, respecto a las situaciones tónicos emocionales.


IV. Fundamentación:



· La emoción es para Wallon una manera de adaptarse al medio que rodea al sujeto. Al inicio de la vida postnatal, esta adaptación es de carácter postural, siendo la base de la postura el tono muscular. Para este autor, el tono conecta lo biológico con lo psicológico.

· El vínculo de apego, este vínculo tiene por función principal asegurar la supervivencia del bebé humano, satisfaciendo sus necesidades físico-biológicas, emocionales-sociales y cognitivas, garantizando la comunicación con el entorno físico y humano.

· Ajuriaguerra denominó “diálogo tónico” a esa función primaria de comunicación que se establece en un proceso de adaptación recíproca que tiene lugar a lo largo de las dos o tres primeras semanas tras el nacimiento. La eficacia de este primer sistema de señales y la forma en que se establece, con sus particulares vicisitudes (tensiones, frustración, satisfacción…) condicionarán el posterior desarrollo de la personalidad del sujeto.

· También el cuerpo del psicomotricista, igual al de la madre tras el nacimiento de su bebé, debe acomodarse, ajustarse, adaptarse de forma recíproca, al cuerpo del niño, para comprender sus demandas, para estar abiertos y disponibles a la comunicación. Hay que partir de ese lenguaje gestual, de expresiones, corporal, de contacto, que precede al lenguaje verbal.

· Tono, postura y equilibrio. Fundamentos neurobiológicos:

El tono es el grado mínimo de contracción de una fibra muscular que permite mantener un grado de tensión. La postura es la adaptación corporal al espacio, dependiente de reflejos. Y el equilibrio, podemos definirlo como una interacción de varias fuerzas, la gravedad y la fuerza motriz de los músculos esqueléticos, que permite la estabilidad postural, el mantener y controlar posturas, posiciones y actitudes.


V. Conclusiones:


· La figura de apego, tranquiliza al niño y le ayuda a ir comprendiendo el mundo que le rodea, permitiendo así que continúe su exploración. Todo el aprendizaje, adecuación y dominio progresivo del mundo real depende de las posibilidades y la calidad de la exploración.

· El niño, desde el principio, va a ser un elemento activo, que reacciona y demanda con el fin de encontrar satisfacción y comodidad para satisfacer sus deseos.

· A lo largo de los tres primeros años de la vida del niño, deben hacerse planteamientos psicomotores centrados en aportar al niño toda la estimulación necesaria a nivel de regulación tónica y postural que le permita ir adquiriendo control sobre sus movimientos, con cada vez mayor precisión y estabilidad. Además, toda la actividad postural y equilibratoria se va a ir organizando en torno al eje corporal, lo que va a ir organizando un cuerpo lateralizado. Al finalizar este primer ciclo, en torno a los cuatro años, va a definirse en la mayoría de los niños la dominancia manual, proceso básico sobre el que iniciar el posterior trabajo grafomotor y preparación a la escritura, que se inicia en el segundo ciclo de la educación infantil.


VI. Referencias:




VII. Anexos:



En esta figura apreciamos el control postural sobre una pelota la cual podemos aplicar en bebes de 9 a 15 meses para ejercitar así su control postural.

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